El Neuromarketing está presente en nuestra vida cotidiana de forma constante. Su combinación entre neurociencia y mercadotécnica facilita a las empresas a establecer estrategias comerciales enfocadas al perfil adecuado de cada consumidor.
Hoy en nuestro post te mostramos 6 ejemplos exitosos de Neuromarketing que ves en tu día a día y que probablemente no conocías…
¿Quieres saber cómo está el Neuromarketing presente en tu día a día?
Cuando accedemos, por ejemplo, a un centro comercial, estamos entrando en un engranaje perfectamente estudiado para convertir nuestra actividad de visitantes a compradores.
Para ello, van a utilizar diferentes técnicas, algunas de ellas basadas en el Neuromarketing, que permite influenciar a la parte inconsciente del usuario para incentivar el momento de compra.
El Neuromarketing, estudia cómo se comporta el cerebro durante el proceso de compra, por tanto, aplicar correctamente las técnicas de Neuromarketing, contribuyen a la dinamización de las compras.
En un centro comercial, vamos a recibir multitud de inputs, y es la combinación de los diferentes elementos lo que contribuye a la que el visitante acaba consumiendo.
A continuación te enseñamos ejemplos que puedes encontrar en un centro comercial de técnicas de Neuromarketing.
1 – El precio
El Neuromarketing nos demuestra que los usuarios perciben de forma diferente los valores de los precios. Seguro que te resulta muy familiar ver los precios acabados en 0,99, ¿verdad? Pues bien, a la hora de poner el precio de un producto es necesario definir si queremos que la toma de decisión de compra del usuario venga motivada a nivel cognitivo (precios sin redondear) o a nivel emocional (precios redondeados).
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2 – El caos de los expositores
Es muy habitual en época de rebajas o cuando hay alguna promoción, encontrar todo desordenado. Aunque parezca extraño, nuestro cerebro percibe que los productos desordenados son una oportunidad y tenemos la sensación de que son más baratos.
3 – Al final del pasillo
A todos nos ha pasado entrar en el supermercado y encontrar que debemos recorrer todo el establecimiento para encontrar los productos de primera necesidad. Pensad por un momento en vuestro supermercado habitual y recordad dónde está el pan o la leche. Cuando tenemos que recorrer una mayor distancia para llegar hasta los productos que queremos realmente comprar, somos más proclives a añadir a nuestra cesta otros que no teníamos apuntados en nuestra lista. Este, sin duda es un ejemplo muy claro de Neuromarketing que vivimos prácticamente a diario.
4 – Los olores
Cuando entramos en una perfumería o en una panadería uno de los factores más importantes es el olfato. Es muy probable que en más de una ocasión hayas entrado en una panadería al oler el apetitoso aroma del pan recién horneado o que te hayas percatado de lo bien que huelen siempre las perfumerías.
Nuestro cerebro nos manda señales constantemente y si, por ejemplo, una perfumería no tuviese un buen aroma, interpretaríamos que sus colonias tampoco. ¿Resultado? No entraríamos.
Otra forma de usar el Neuromarketing aplicado al olfato, es utilizar un aroma concreto para un establecimiento. Seguro que si has entrado en alguna tienda de Stradivarius en España o de Abercrombie & Fitch en Estados Unidos, asociarás ese olor tan característico propio de estos puntos de venta y de estas marcas.
La identificación positiva del olor hará que el consumidor tenga una mejor predisposición a volver a comprar y a que su cerebro active la sensación de necesidad cada vez que percibe un aroma similar.
5 – Carrito de la compra
Cuando entramos en el supermercado, la mayoría utilizamos el carrito para recorrer el establecimiento y depositar todos los productos que más adelante adquiriremos. Pero, ¿sabías que los carritos están diseñados para que compremos más? Cuando encuentres un carro al que las ruedas no le funcionen correctamente o que se desvía frecuentemente, debes saber que no estás ante un carrito defectuoso. De hecho, su objetivo es dirigirnos hacia las estanterías y ralentizar la circulación para que nos detengamos frente a un mayor número de productos.
6 – La música
La música es un poderoso activador de los receptores neuronales. Por ese motivo, las empresas estudian detenidamente el tipo de melodía que quieren reproducir en sus establecimientos para conseguir un fin específico de los clientes.
Cuando entramos en un supermercado, por ejemplo, la música es lenta, suave y tranquila. En este caso, el objetivo que persigue la empresa es que permanezcamos el máximo tiempo posible en el establecimiento.
Sin embargo, en las tiendas de moda nos encontramos con el caso totalmente opuesto. Al acceder a un punto de venta destinado a un perfil de consumidor joven, es probable que la música que suene por los altavoces sea electrónica. La misión es generar en los clientes la sensación de fiesta y diversión, incentivando así la compra.
Todas estas técnicas que nos rodean, pertenecen al Neuromarketing, y la combinación de ellas proporciona una mejora en el índice de consumo y por tanto una mayor dinamización de las ventas.
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